SORPRESA
El día en que Rosario Samferia ingresó en prisión se llevó una irónica sorpresa: entre las toallas que le dieron alguien había introducido una lima de plástico. Siete años y tres semanas después fue puesto en libertad. Aquella mañana descubrió por azar que los barrotes de su celda habían sido limados y solo estaban superpuestos. La lima, pensó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario