Diario íntimo de
Herodes Antipas
No me gustan los niños. Nunca
me han gustado. Con sus manitas gordezuelas eternamente pringosas, los hocicos
churretosos, sus orines y cacas a discreción, esa constante agitación que me
saca de quicio... ¡puaf, qué asco!
Debieran exterminarlos a todos, o mejor,
practicarles la lobotomía para convertirlos en seres anodinos, asentimentales,
utilizados solo para el trabajo duro e ingrato... Creo que voy a reunir al Consejo y publicar un Edicto
obligando a la población a entregar al Estado a los nacidos a partir de ahora.
Sí, eso haré. Que los eduquen las instituciones. Nada de mimos. Nada de cariño.
Mano dura. Eso es. Que se jodan.
Julián García Arias: En primera
persona
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