martes, 3 de septiembre de 2013

En primera persona: Gran Vía

                                                  G R A N    V Í A




                Camino por la calle de una gran ciudad. La calle es muy conocida y la ciudad es la capital del estado. Me cruzo con cientos, miles de personas desconocidas. Las aceras van atestadas, llenas de gente. ¿Qué probabilidades hay de que encuentre y reconozca a alguno de esos rostros en otro lugar, en otro tiempo? ¿Te  reconocería a ti, chico con mochila que has tropezado conmigo y has pedido perdón esbozando una sonrisa? No hago nada en la ciudad, solo paseo y observo. Subo y bajo las aceras concurridas. Llevo así meses, intentado reconocer a alguien visto con anterioridad. Siempre en la misma calle famosa. Es un simple capricho que me ocupa y entretiene gran parte del día.

                 Hoy he tropezado con él. Como siempre va muy despistado y no me ha reconocido. Le pedí perdón y emitió un suspiro de cansancio. Es un tipo que me cae bien. No sé que hace en Madrid, lleva meses alojado en el hotel. Todas las noches le doy la llave de su habitación y mira como si yo fuera un conserje distinto cada vez. Mantuvimos una conversación breve cuando llegó, se interesaba por un libro de Filosofía que leía y subrayaba en recepción. Heidegger, dijo, eso es un peso pesado. ¿Te interesa la Filosofía? Me interesa, contesté, estudio Filosofía. ¡Ah!, exclamó, no sé si sabrás que por mucho que estudies jamás comprenderás el mundo. Dio las buenas noches y se dirigió al ascensor.














                                           Julián García Arias: En primera persona

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